El polideportivo de Altza se construirá según el proyecto de la Unión Temporal de Empresa compuesta por los equipos navarros de arquitectos Chocarro&Herranz, especializado en instalaciones deportivas, y Tabuenca&Leache, más dirigido a obras públicas en general.
La compacidad es una exigencia de los criterios medioambientales, para reducir al máximo la envolvente térmica del edificio. Pero es también una necesidad derivada de la reducción del importante volumen exigido por el programa, para dotar al edificio de una escala adecuada y amable en este entorno. Su implantación semienterrada respecto a la plaza de acceso responde también a este criterio, que permite reducir la altura de la fachada oeste hacia la plaza. El retranqueo del ático de instalaciones reduce además la altura de la fachada norte en la calle Darieta, enfrentada a las viviendas; el arbolado y los ventanales en su parte inferior amabilizan el volumen muy ciego de esta fachada, otro requisito bioclimático. En la fachada sur, el alero de protección solar de las ventanas del polideportivo y la celosía crean una fachada virtual de menor altura y escala humana que rompe la percepción de la totalidad de la fachada. La fachada este, quizá menos visible, establece un juego escultórico de volúmenes. Todo el edificio está revestido, en fachadas y cubiertas, de paneles de tonalidad clara, cuyas texturas le otorgan una condición textil que aligera las fachadas.
La belleza formal exterior e interior de los espacios, surgidos de la satisfacción estricta de las necesidades planteadas, se ha de basar en la elegancia de la composición y la proporción de sus elementos, huyendo de la imposición gratuita de gestos o rasgos estilísticos a la moda. La unidad derivada de la reducción de la paleta de materiales, y su armónica combinación de cromatismos y texturas, procurará una atmósfera cálida, en la que los hormigones fríos se calientan con los tonos de la madera. El objetivo será la construcción de una arquitectura serena, abstracta e intemporal, al servicio del usuario.
La futura construcción tendrá cuatro pisos. En el sótano estarán las instalaciones de las piscinas. En el primero, las piscinas, gimnasios de fitness y vestuarios de la zona de agua. En la segunda planta se ubicarán las salas destinadas a prácticas con monitor y en la tercera, sobre el techo de la piscina, las canchas polideportivas entre otras instalaciones.
Tanto el equipo ganador como los demás finalistas han presentado su propuesta en el barrio de Altza, tal y como les pidió el Ayuntamiento. Además de construir un edificio nuevo, el proyecto ganador debe ocuparse también de los espacios libres de alrededor. En el exterior de la edificación están contempladas piscinas al aire libre, así como una reordenación urbana de la zona, que permite conseguir un espacio peatonal en uno de los puntos neurálgicos del barrio de Altza.
En una primera fase del concurso convocado por el Consistorio se presentaron 26 equipos y, en la segunda, fueron elegidos cinco: los ganadores, además de Fernando de Andrés, Jorge Barata-Iglesias Veiga Arquitectos, LKS-Vaumm y Álvaro Pérez de Amezaga.
Ver descripción del proyecto en los siguientes pdf: